domingo, 16 de noviembre de 2014

EL LAOCOONTE Y SUS HIJOS.

El Laocoonte es uno de los conjuntos escultóricos más impresionantes de toda la historia del arte universal. Existen diferentes hipótesis acerca de cuando fue realizado, pero la más posible es aquella que data su realización en el siglo I d.C. pertenece a la ultima etapa escultórica clásica griega, es decir al helenismo.
Su existencia se sabía gracias a una vieja inscripción, hasta que en 1506 fue descubierta bajo tierra en la cuidad de Roma, pero de forma incompleta ya que le faltaba el brazo derecho. Mas tarde en 1957 se descubrió el brazo original, este estaba doblado justamente en la posición que Miguel Ángel había diseñado para su reconstrucción anteriormente. Actualmente el Laocoonte se encuentra expuesto en los museos vaticanos de Roma, desde que el papa Julio II mando a Giuliano da Sangallo y a Miguel Ángel identificar este escultura.

Los artistas a los que se atribuye esta obra escultórica fueron tres: Agesandro, Polidoro de Rodas, llamado así por la escuela a  la que pertenecía y por ultimo Atenedoro que fue hijo y discípulo de Agesandro. Estos tres artistas pertenecieron a la escuela de Rodas, ya que en este periodo lo importante no eran los autores sino la escuela a la que pertenecían.

Al tratarse de una escultura de tema mitológico encontramos muchas hipótesis acerca de cual es el mito original de esta.
“Ante el espectáculo de este prodigio del arte, olvido todo el universo; yo mismo tomo una posición mas noble para contemplarlo con dignidad. De la admiración paso al éxtasis embargado de respeto, siento mi pecho que se dilata y se eleva, sensación que experimentan los poseídos por el espíritu de las profecías ¡Como poder describirte, oh inimitable obra de arte!”
Estas fueron las palabras de Virgilio, del cual se conoce el mito griego del Locoonte, en esta cita textual expresa su admiración ante la grandiosidad de esta escultura y nos narra su mito; Laocoonte fue un sacerdote del templo de Apolo en la majestuosa ciudad de Troya. Durante el ataque a Troya el sacerdote se encargo de advertir a sus ciudadanos sin éxito de que no permitieran la entrada del caballo de madera en la ciudad ofrecido por los griegos como regalo al dios Poseidón, en una supuesta retirada de los griegos pero se trataba de una trampa por parte de estos. Los dioses Atenea o Apolo (según las distintas interpretaciones) impusieron un castigo enviándoles las dos serpientes tanto al sacerdote como a sus dos hijos.

El material del que esta hecho esta obra es el mármol blanco que fue esculpido mediante la técnica de la talla, esta técnica se basa en la eliminación de materia del bloque hasta poder encontrar dentro la forma deseada, actualmente la escultura es una copia romana  ya que se cree que la antigua era de bronce y realizada mediante la técnica de la cera perdida, esta técnica era un elaborado proceso por el cual el bronce no se tallaba, sino que los broncistas fabricaban un material resistente al calor, a continuación hacen una segunda capa recubierta de cera y finalmente una tercera de otro material, posteriormente, el bronce se encuentra fundido y se realizan dos incisiones en la parte superior e inferior de la escultura y el ultimo paso es echar el bronce fundido sobre la escultura hasta que la cera se disuelva y ocupe su lugar.     

Se trata de una escultura exenta de bulto redondo, con una dimensión de 2,32 metros, en ella desaparece la serenidad y el equilibrio clásicos. 
La escultura esta enmarcada dentro de un triangulo en la que se sitúan las tres cabezas de los personajes en cada uno de los vértices. La del Laocoonte se trata de la figura principal y por ello coincide con el vértice superior formando una diagonal que cruza todo el grupo escultórico. En los vértices laterales encontramos las figuras de los dos hijos, ambas rompen la verticalidad provocando un gran desequilibrio, las serpientes que atacan a Laocoonte y sus hijos cierran el entramado con sus anillos curvos y contra curvos. Este triangulo supone el esquema básico de la composición escultórica.

Esta obra es pertenece al periodo helenístico, lo sabemos gracias a las diferentes características que se presentan en ella, como pueden ser: la ruptura con la serenidad y el equilibrio que presentaba el clasicismo, se valora el Phatos, es decir la intensidad extrema de los sentidos, como en esta obra que se representa ala angustia de Laocoonte. También se acentúa el estudio anatómico del cuerpo y la musculatura desarrollada.
Esta obra esta pensada para ser vista frontalmente, y que el espectador no tenga que dar una vuelta sobre ella para contemplarla. En cuento a esto los volúmenes son muy marcados y a la vez expresivos, dejando un movimiento muy intenso que entrelaza los cuerpos entre si. Esto nos produce una gran sensación de profundidad a la vez que dinamismo y superposición de los cuerpos.
Del moldeado debe valorarse el estudio anatómico del padre, ya que la representación anatómica de los hijos es mas deficiente debido a que no reproduce unos cuerpos infantiles sino adultos a menor escala. En el padre vemos el cabello y la barba modelados mediante la técnica del trepano, llamada así por la herramienta escultórica que permite taladrar profundamente en la piedra mas que el cincel y el martillo, con esta se crearon dichos volúmenes y efectos de claro- oscuro en las esculturas, como se a señalado anteriormente el cabello y la barba están mucho mas desarrollados que en periodos anteriores gracias a este técnica.
El rostro se encuentra contraído por el dolor y el esfuerzo físico con una expresividad exagerada, en cambio las cabezas de los hijos son más clasicistas y la expresividad se reduce más para aparentar que son figuras de carácter joven.
La mirada de Laocoonte es compasiva, expresa quejas y sus ojos se encuentran posicionados hacia el cielo, como si de una mirada perdida se tratase, La figura de Laocoonte se encuentra sentado sobre un asiento sobre el cual cuelgan rígidos vestidos que nos hacen recordar a las estrías de una columna.
Hay que destacar el talento de los escultores al intentar plasmar ese momento de agitación dramática sin que la acción se detenga, tal es la grandeza de esta escultura que produce la sensación de movimiento si el espectador abre y cierra los ojos de manera alternativa. Esta obra es naturalista, expresionista y de carácter mitológico que representa la fortaleza de los dioses sobre los mortales.

La obra tuvo una gran influencia en la época de su descubrimiento debido a su alto grado de perfección.  Así pues los artistas del Renacimiento se vieron muy  influidos. Autores como Juan de Bolonia en su grupo escultórico el rapto de la Sabina, o el Parnaso una pintura de Rafael.
Pero el que mas influido por esta obra fue Miguel Ángel y no solo porque se inspiro en ella para realizar varias de sus obras, la mayor similitud la apreciamos en la escultura del Moisés en el cual se puede apreciar la influencia que tuvo en el estudio de la expresión y la ira marcadas en su anatomía, aunque en el caso del Laocoonte se marca la expresión de la angustia. Miguel Ángel fue uno de los autores que restauro la escultura del Laocoonte, y una vez encontrado el brazo original se percato de que este estaba en la misma posición que Miguel Ángel había desarrollado para esta.


                                                                  Claudia Esteban, Pilar Hernandez y Natalia Soriano.


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